Esto no es nada nuevo. Calderón de La barca o Shakespeare ya hablaban del concepto de vida como puro teatro. La novela más impresionante del mundo la tienes delante de ti.
La mejor novela del mundo
Imagínate los escenarios que quieras, los personajes más raros, absurdos, enigmáticos, desconcertantes…Todo eso ya está escrito, no hay nada más que puedas inventar. Incluso los superhéroes existen, también los magos, los delincuentes, los genios. Todos están ahí, al alcance de cualquiera, solo hay que saber mirar.
Todos hemos tenido conversaciones con personas en un contexto determinado. En esas conversaciones, es fácil ver como casi todo de lo que se habla, no es real. Imagínate en una mesa con varias personas que más o menos se conocen. Es muy posible que surjan temas de conversación como el trabajo, la vivienda, los coches, el fútbol, la política, los niños, los colegios, alimentación, moda, etc. Estos temas son temas «comodín». A algunos les gustará más y otros aguantarán el tostón con más o menos dignidad, pero ahí estamos todos, trabajando duramente por las buenas relaciones.
Enseguida puedes darte cuenta de cómo es cada uno cuando el tema de conversación se agota. Los tímidos lo estaban deseando, puedes ver el sudor en su piel, probablemente tosan un poco por los nervios, se levanten disimuladamente y se retiren. Los nerviosos apurarán su bebida o comerán algunas patatas que han quedado en la bandeja. Los ociosos propondrán otro tema de conversación antes de que les llegue la temida ansiedad y no sepan a donde mirar. Se acabó la tapadera, ahora estáis desnudos, sin tema de conversación, y se os nota todo.
La fisionomía también dice mucho de la gente, su forma de vestir, de saludar, sus reacciones…Todo forma parte de los recursos que utilizamos a diario para jugar este juego, para salir al gran teatro que es la vida. Si eres más delgado, o a lo mejor un poco llenito, si te importa tu imagen, si te da igual; si quieres pasar desapercibido o no. Todo tiene un porqué, nada de esto es un capricho del azar.
Imagínate la cantidad de personajes que estoy exponiendo y solo en una simple e inocente reunión de amigos. Todos hemos escogido una fachada, con la que más o menos nos sentimos cómodos y evitamos que se nos noten otras cosas, pero a veces se notan; otras, es mucho más difícil, hay verdaderos genios del camuflaje, aun así, se terminará notando.
¿Quiere decir esto que nunca puedes llegara conocer de manera real a nadie? No, so se trata de eso, pero a la gente la conoces en la intimidad y tras un ambiente propicio y las circunstancias adecuadas, que es cuando esa persona comienza a relajar sus músculos para empezar a salir lo que de verdad esconde dentro. Esto es muy fácil de entender si nos remontamos al ya conocido escenario del ascensor.
Todo el mundo teme ir con alguien en el ascensor, los más pequeños recurren a la ya conocida carcajada cuando suben con alguien mayor. Esto ocurre porque la distancia es muy corta y temes que se te note “algo”, no sabes como colocarte, abres el bolso, miras el móvil, esto último como sustituto a la ya conocida conversación sobre el tiempo.
Puedes pensar que es una tortura y una pérdida de tiempo fijarse en eso, al fin y al cabo, se trata de que nos divirtamos y pasemos un buen rato, no de indagar en las miserias y complejos de nadie; te doy toda la razón, es una pérdida de tiempo que no lleva a nada, pero para algunas personas, es inevitable verlo.
No es un hobby ni un juego, es algo que sale de manera natural. No son pocas personas a las que les produce curiosidad el ser humano, de ahí ciertas profesiones como: psicología o psiquiatría, también algunas ramas menos humanistas como la ciencia o la física; sino fijaros en personas como Einstein, Newton, o Darwin. El sentido del ser humano ha interesado siempre, pero en una sociedad occidental, capitalista y en la que prima la inmediatez y las prisas, hemos dejado el lado más humanista abandonado. Ni la política ni la religión cubren la parte más elemental del ser humano, así que nos vemos relegados a taparla cada vez con más y más capas; pero ojo, no te despistes, todavía hay gente que es capaz de ver detrás del maquillaje waterproof.
Todos tenemos una historia que contar
«Sí, sí, pero por si acaso que la cuenten otros». Te entiendo, yo tampoco lo haría, al menos de momento. Pero no te creas libre de nada por no hacerlo, no eres ni mejor ni peor, tú también escondes algo que podría ser contado.
Ya hemos visto la parrilla de personajes gratuitos que nos da la misma vida, es un enorme supermercado que está siempre de oferta, te puedes llevar 1 o 2, o, un 2 por 1. Las combinaciones son infinitas.
Todo está escrito, poco te puede sorprender, lo que cambia es el escenario. No se trata de: chico busca chica, chica deja chico. Claro que el chico va a buscar a la chica, pero ¿cómo? ¿por qué? ¿para qué la quiere? ¿Por qué ella? ¿Por qué la necesita? ¿es un capricho? ¿quiere una sustituta de su madre o es un amor maduro? Y ella ¿lo quiere también o le hace sufrir para alimentar su ego? El tirano, siempre hay un tirano, pero ¿es un sádico? ¿un sicópata? ¿o tal vez un pobre hombre que está perdido por el mundo y quiere hacer la vida imposible a los demás?
Enredos familiares: esto ha sido la base de muchas novelas históricas y sigue dando mucho juego, es un tema atemporal que siempre estará ahí por una razón muy sencilla, mientras existan las familias, existe los enredos.
No hay más donde rascar. Los personajes son los que son, ahora solo toca enredarlos y meterlos en todos los líos que puedas, ojo, no de golpe, sino no te quedará más sobre lo que escribir.
Si quieres escribir, escribe.
Ahora toca ese momento incómodo en que después de escribir me echo las manos a la cabeza y digo: Nooooooo, para qué habré dicho esto. Me pasa siempre, pero no solo cuando escribo, también cuando hablo.
Vamos a ver: si tienes algo que contar, algo que te ronda por la cabeza y crees que puede entretener, sorprender o que a alguien le va a ayudar ¡hazlo! Ya sé que pensarás que quién eres tú para escribir, no te preocupes, eso lo ha pensado todo el mundo que ha escrito alguna vez. Eso sí, si lo que escribes lo quieres publicar, haz las cosas bien y busca una empresa que te ayude: corrección de texto, portada y maquetación , tienen que estar hechos por un profesional.
Por supuesto que hay escritores mejores que tú, es más, mil veces mejores que tú. Y claro que es posible que te hagan sentir ridícula o ridículo, es probable que incluso recibas algún improperio. Por cierto, si alguien te insulta también puedes aprovechar para meterlo en tu próximo libro como el personaje lleno de ira, por ejemplo.
Vas a encontrar de todo, pero el hecho de que recibas de vez en cuando un mail o un comentario diciendo que tu libro se lo han leído en tres días, te aseguro que merece la pena; algo habrás hecho bien.
Tiene que haber escritores para todo tipo de lectores, como hay diferentes diseños y telas para todo tipo de clientes a la hora de vestir. Hablando de esto, voy a poner un ejemplo. Hace poco un conocido diseñador español, Lorenzo Caprile, confesó en una entrevista que conoció a Amancio Ortega, dueño del imperio Inditex, y no solo le pareció una persona muy inteligente, sino que le pidió colaborar con él varias veces y Amancio dijo que no. El diseñador confesó que, si le dice que sí, no se lo piensa dos veces. «No hay más preguntas, señoría»
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Un abrazo
Susana
Gracias. Sería suficiente decir gracias. Inspirada en lo que leo tengo no sólo ganas de escribir sino de publicar. Me encanta lo que escribes, porque si, tenemos un gran escenario en la vida que está afuera en el mundo mismo… Y qué es una novela, múltiples, millones de novelas.
Hola, Martha. Qué bonita tu descripción final; me quedo con esa frase. Me alegro de que te animes, seguro que lo harás genial, tienes mucho que contar. Un abrazo
¡Me ha encantado el post Susana, enhorabuena por él!
Qué gran verdad todo lo que dices. La mejor novela la tenemos delante de nosotros, y muchas veces no somos capaces ni de abrir la primera página por miedo a ver lo que no queremos ver, preferimos seguir camuflados y protegidos detrás de nuestra fachada, cómodos y alejados muchas veces de nuestra realidad.
Al igual que tú, creo que todos tenemos una historia que contar, una “novela que escribir”, ojalá hubiese más personas como tú, dispuestas a escribir lo que realmente sienten, y que saben que puede ayudar a mejorar la vida de otras personas.
¡Un abrazo, y gracias por hacernos ver parte de nuestro teatro real!
Qué bonito lo que escribes, Mariví. Es posible que alguien crea que no lo hace, pero en realidad, no es así. Todos lo hacemos, yo me incluyo, y cuando escribes una historia se trata de desnudar a los personajes un poco para que se pierdan y se busquen, se confundan y tengan miedo: para que se vean tal como son. Un abrazo, Mariví, y mil gracias por tu tiempo y tu comentario.
A todos esos personajes que dices que ya están inventados, nadie mejor que tú para moldearlos, exprimirlos y mostrarlos de forma novedosa. Porque aunque parece que todo está escrito, el buen novelista debe aportar una dosis suficiente de novedad y originalidad que de nuevo suscite el interés de los lectores. Ahí radica la dificultad de este oficio y por eso siempre hay que valorar el esfuerzo.
Tienes toda la razón, Marta. Justo ahí está el esfuerzo: en mezclarlos, desafiarlos, hacerlos dudar de quienes son, de lo que quieren o no quieren…Un sin fin de posibilidades y combinaciones. Nada cambia pero todo cambia, sería un poco la frase que resume este ejercicio de creatividad. Gracias y un abrazo grande.